Un día, Gabriel le pidió 20,000 gold coins a Daniel, diciendo que se lo devolvería con intereses, él lo pensó ya que era todo el dinero que tenía, pero al final cedió. Cuando Daniel le reclamó el dinero prometido, él le dijo que no alcanzaría a darle todo lo prometido, hecho que lo enfureció y se dirigió hasta la puerta de la casa de Kuhn.