Y agregó el contexto del tema: “Se había creado un ambiente de confianza, así que cuando volvimos a vernos en Madrid, Jude -que es un chico educado- se me acercó y me preguntó cómo se estaba portando mi hijo. Durante la conexión, tras analizar el partido, le pregunté si podía decirle a mi hijo Gabriel que hiciera los deberes de español. Mi siguiente frase, sobre venir a casa conmigo, desde luego no escondía una implicación sexual. Tanto es así que añadí que ‘sería el hijo perfecto’”.