Luego de brindar su declaración ante una grave acusación de agresión sexual, el defensor brasileño Dani Alves fue enviado a prisión sin la posibilidad de pagar fianza. Al conocer que deberá de permanecer tras las rejas mientras dura el proceso, algunos testigos describieron la pesadilla que vivió el exjugador del Barcelona tras pasar sus primeras horas en prisión.
Dani Alves llegó a la prisión de Brian 1 el viernes por la noche. Según se relata en un artículo de “La Vanguardia”, el futbolista lucía desubicado y anímicamente muy tocado.
A su llegada al centro penitenciario, Dani Alves era esperado por el jefe de servicio y el responsable de incidencias. A pesar de ser un jugador de talla mundial, Alves no recibió ningún trato especial.
Alves llegó a la prisión con la misma ropa con la que fue detenido en horas de la mañana tras dar su declaración sobre los hechos. Horas después, el brasileño aceptó el lote penitenciario que le ofrecieron para poder cambiarse y asearse hasta que sus familiares le entreguen más insumos.
Los funcionarios de prisiones le realizaron el cacheo reglamentario y el médico de guardia la realizó la primera revisión rutinaria en la que constataron que el jugador estaba bien de salud y que no estaba tomando ninguna medicación. Asimismo, a Dani Alves le fue ofrecida una pastilla para dormir que no aceptó.
Los funcionarios penitenciarios le ofrecieron realizar una llamada a la que tenía derecho, pero Alves no pudo hacerla ya que no recordaba ningún número de teléfono.
Dani Alves llegó a la prisión con una pequeña bolsa plástica en la que guardaba los cordones de sus zapatillas, las cuales los Mossos d’Esquadra le retiraron antes de trasladarlo a la sede judicial.
El lateral brasileño no portaba su teléfono móvil, el cual le pudo ser de ayuda para obtener el número de un familiar o su abogada.
Los funcionarios de Brians 1 le ofrecieron a Alves un libro para distraerse y una botella de agua en el transcurso de la noche.
Dani Alves está recluido en una celda individual, idéntica al resto, en la cual tiene una ventana al exterior, calefacción, una cama, un pupitre, una ducha y un retrete.
Alrededor de las 10 de la noche un guardia le entregó su cena, sin embargo, el que fuera jugador de los Pumas UNAM apenas comió, solamente ingirió un poco de fruta.
Para el tradicional recorrido que se realiza en la mañana, Dani Alves se encontraba bien al momento en el que el funcionario abrió la puerta.
Según manifiesta “La Vanguardia”, Dani Alves apenas habla y al momento de hacerlo lo dice con un tono de respeto y sin añadir palabras de más.
Hasta el momento los funcionarios no han detectado ninguna actitud que haya llamado la atención en sus primeras horas en prisión.
Asimismo, el brasileño regresó el sábado a la enfermería para un nuevo chequeo rutinario. El futbolista habló un rato con el médico y manifestó que le había costado dormir, pero que no necesitaba nada y se encontraba bien.
Durante las próximas horas diferentes profesionales visitarán a Dani Alves para hacer evaluaciones que determinen el módulo al que deberá ser enviado. Hasta el momento no se cruzará con ningún otro reo.
Sus salidas de la celda se harán de tal manera que no coincida con el resto de presos que también se encuentran en el pabellón de los recién llegados. De pedir salidas al patio serán en solitario.
Como al resto de reclusos, a Dani Alves se le entregó una tarjeta económica para uso exclusivo en el centro penitenciario, con la cual podrá comprar diferentes productos.
Dani Alves deberá de guardar prisión un largo tiempo. El brasileño permanecerá recluido mientras dura el juicio en su contra, en el cual enfrenta una grave acusación de abuso sexual.