Real España le puso fin a su mala racha en clásicos derrotando 3-1 a Motagua. El partido tuvo de todo, desde la felicidad aurinegra hasta la frustración de Diego.
Desde el primer minuto, el banco de suplentes del Real España fue una fiesta y una muestra de unidad. El plantel aurinegro estaba decidido a acabar con la mala racha esta noche.
Carlos “Chapetita” Mejía abrió la cuenta desde el primer minuto con un preciso cabezazo que batió a Rougier. sí lo celebró el defensor que subió a atacar.
Ambos equipos nos regalaron un lindo inicio de partido con goles en los primeros minutos. Yeison Mejía igualó los cartones y así celebró. ¿Para quién fue la dedicatoria?
Pero la felicidad rápidamente se convirtió en una insuperable frustración. El rostro de Diego Vázquez tras el gol de Darixon Vuelto lo dice todo.
El entrenador de las Águilas no encontró respuestas tras el gol de Vuelto y el mediocampo del Ciclón lució completamente desorientado.
Diego se mostró muy descontento con lo mostrado por su equipo en la cancha del Olímpico.
Jhow Benavidez le dio un golpe certero al Motagua con un espectacular golazo que hizo que cualquier esperanza azul de volver al partido se viniera abajo. Joyita la del ‘10’ aurinegro.
Jonathan Rougier no pudo ocultar su frustración ante el partido en que la Máquina superó por completo al Ciclón.
Incluso el España tuvo para golear 4-1 a Motagua, pero el árbitro no sancionó esta clara falta penal de Marcelo Santos sobre Benavidez.
Diego Vázquez se mostró con incredulidad desde el banco de suplentes.
Desde la grada estuvo presente Mateo Yibrín, actual presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), quien recordó sus tiempos de directivo y esta noche festejó con la Máquina.
Los jugadores del Real España celebraron agradeciendo a Dios mientras Carlos Mejía se marchaba al vestuario con su mirada perdida.
El triunfo de esta noche tuvo un alto valor para el Real España, ya que le puso fin a una mala racha de 14 clásicos sin conocer la victoria. Motagua pagó los platos rotos ante el equipo de Miguel Falero.
El recién llegado Kennedy Rocha y Chapetita Mejía abandonaron la cancha tomándose una icónica selfie con los aficionados.
Dixon Ramírez, quien mantuvo el orden en la banda derecha, le regaló su camiseta a un aficionado al final del partido.