“Había humo por todas partes (...) y me entró el pánico. La salida ya estaba abarrotada de gente, no sabía qué hacer ni dónde ir”, dijo Fian, un aficionado de 17 años, que tampoco quiso dar su apellido.
Todavía respirando con dificultad y con los ojos enrojecidos, recuerda los gritos que oía: “Vayan hacia las salidas de emergencia de la izquierda”, pero esa a estrecha puerta de escape fue como un atolladero mortal para muchos.