“Imagina, es el mayor ídolo, el mejor jugador de todos los tiempos, referencia internacional”, coincide su padre, un empresario de 46 años. Antonio y Luis Eduardo habían estado en días recientes en el centro de salud debido a que otro hijo había sido operado allí y tenían esperanzas de ver al astro brasileño.
“Siempre quise estar cerca de él y tomarme una foto”, dijo su papá Antonio.