Anyi Peraza, originaria de Choloma, Cortés, al norte de Honduras, fue capturada junto a sus dos pequeños hijos en el Valle del Río Grande, en la frontera entre México y Estados Unidos. Tras ser detenida, sufrió una emergencia médica mientras estaba bajo custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en Harlingen, Texas. Fue trasladada de inmediato a un hospital de la ciudad, pero lamentablemente no pudo sobrevivir.