La presentadora hondureña Alejandra Rubio abrió su corazón y reveló una dura situación que sufrió. Confesó sufrir acosos de compañeros durante su infancia, provocándole una fuerte depresión que la hizo pensar hasta en quitarse la vida desde tempranas edades. A continuación los detalles.
La presentadora hondureña Alejandra Rubio recordó una traumático momento en su vida y confesó sufrir bullying por sus compañeros cuando tenía entre 11 y 12 años, ocasionándole una fuerte depresión desde tempranas edades.
“Yo tenía una depresión súper fuerte y era a causa de los compañeros de ese abuso que ellos me hacían en aquel momento porque era una persona muy vulnerable”, reveló Rubio.
Los malos comentarios en contra de la carismática presentadora se debían a su estado físico, recibiendo expresiones despectivas como “piernas de escoba”, “flaca”, “calaca”, “huesos”, entre otros, afirmando que le hicieron “mucho daño”.
Los comentarios calaron muy fuerte en la joven presentadora que llegó al punto de querer “engordar” a como “diera lugar”, comiendo desde barras de manteca crudas hasta una pizza entera.
Confesó que su depresión llegó al punto de intentar quitarse la vida hasta dos veces, por lo que gracias a su mamá, logró buscar ayuda de un psiquiatra y psicólogo que le ayudaron a superar sus inseguridades.
“Me pasó mucho en la infancia, porque sufrí bastante depresión y ansiedad desde muy pequeñita y sí, yo intenté suicidarme en mi momento estando muy chiquitita”, recordó la presentadora del medio Hable Como Habla (HCH) que tuvo que ser ingresada de emergencia a un centro asistencial en ese momento.
Alejandra aseguró sentirse “presionada socialmente”, pues pasó de ser una niña alegre a una triste y que lloraba la mayor parte del tiempo.
Tras tener consejos de sus padres, Alejandra tuvo ayuda psiquiátrica y psicológica. Aunque al principio aseguró que fue difícil, afirmó superar su depresión alrededor de los 16 a 17 años.
“En ese momento fue muy difícil, pero creo yo que lo más importante es tener la ayuda de un familiar porque si no fuera por mis padres hoy seguramente no estaría”, declaró la presentadora del programa “Que Viva la Vida”.
La presentadora cerró su testimonio aconsejando a las personas a “tomarle valor” a las palabras positivos y dejar a un lado las negativas, así como evitar hacer malos comentarios de las personas, pues consideró que “las palabras hieren más que un arma”.