La joven alcanzó a relatar empezaron a intimidarla, usaron la violencia, la ataron a una cama y la inyectaron drogas y la obligaron a escuchar en bucle, a través de auriculares y a gran volumen, la voz del muñeco Chucky, su mítica frase “Hi, I’m Chucky, Do you wanna play?” (‘Hola, soy Chucky, ¿quieres jugar?’). Por otro lado, contó que los secuestradores comenzaron cada sesión de tortura diciendo “Chucky viene a jugar” y que le enseñaban metraje de la película en la televisión.