Él comenta que lo llevaron a El Progreso, Yoro, donde pudo ser testigo de las múltiples necesidades que los habitantes del sector enfrentan día con día, pues carecen de cosas básicas como una vivienda digna o acceso a educación. Tras ese viaje algo dentro de él cambió y comenzó a sentir la necesidad de ayudarlos de alguna manera, por lo que comenzó a formar la idea de construir una fundación para recaudar fondos, pues él se desempeñaba en Estados Unidos como limpiador de pisos, por lo que su sueldo apenas alcanzaba para pagar sus estudios.