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Desde que Marlon Brando adquirió la isla Tetiaroa en 1967, las islas privadas se han convertido en sinónimo de lujo y exclusividad para las celebridades. A continuación, presentamos a seis figuras famosas que han seguido sus pasos y ahora poseen su rincón paradisíaco lejos de las miradas curiosas.
El ícono latino Ricky Martin compró en 2008 Ilha do Maia, una isla de 20 acres cerca de Río de Janeiro.
Por 8 millones de dólares, adquirió un paraíso con una villa de estilo colonial portugués, equipada con torres de vigilancia y 12 cañones, ideal para celebrar con estilo.
El magnate Tyler Perry celebró su cumpleaños 40 adquiriendo White Bay Cay, una isla de 25 acres en las Bahamas, junto con otra cercana de siete acres. Según informes, la propiedad mayor estaba valuada en 7 millones de dólares, aunque Perry invirtió también en infraestructura, incluyendo agua, electricidad y palmeras traídas desde Miami.
El experto en supervivencia Bear Grylls adquirió en 2001 la isla St. Tudwal’s West, frente a la costa de Gales, por 120,700 dólares.
Con un faro y una cabaña histórica, esta propiedad rústica carece de electricidad, pero ofrece vistas impresionantes y contacto con la naturaleza.
El empresario Richard Branson es dueño de Necker Island desde 1979, un paraíso de 74 acres en las Islas Vírgenes Británicas, donde ha recibido a personalidades como los Obama y Mariah Carey.
Además, adquirió Moskito Island en 2007, otra lujosa propiedad de 125 acres.
El ilusionista David Copperfield gastó 50 millones de dólares en 2006 para hacerse con Musha Cay, un archipiélago de 700 acres en las Bahamas. Este destino exclusivo, disponible por 57,000 dólares la noche, ofrece experiencias únicas como cacerías de tesoros y cenas en una “aldea secreta”.
En 2005, Leonardo DiCaprio compró Blackadore Caye, una isla en Belice, por 1.75 millones de dólares. Aunque planeaba convertirla en un eco-resort, preocupaciones ambientales han retrasado el proyecto, el cual sigue bajo revisión.