Juntando la visión distintiva de Campion, un elenco estelar liderado por Benedict Cumberbatch, una trama sombría y psicológica, y una deslumbrante fotografía gracias a las locaciones de Nueva Zelanda donde se filmó, la cinta llena varias de las casillas tradicionales que exige la categoría de mejor película. Pero su ritmo lento, que ha alejado a miembros de la Academia, y un sistema de votación que favorece a películas disfrutadas universalmente, hacen que aún haya dudas sobre su capacidad de llevarse el premio mayor de la noche.