“No me había imaginado en absoluto convertirme en reina de belleza, pero gracias a una amiga que me introdujo al mundo de los concursos de belleza, comencé a conocer un poco más sobre el tema. Cuando tuve la oportunidad de participar, gracias a la invitación de mi director, Bryan Espinoza, experimenté una de las mejores vivencias de mi vida. Convertirme en reina de belleza me otorgó el regalo más anhelado: el reencuentro con mis padres, quienes emigraron a Estados Unidos cuando yo era muy pequeña.”.