En dos años, Swift recorrió los cinco continentes, impulsó la economía de las ciudades en las que estuvo dando pie a la creación del término ‘Swiftconomics’, inspiró la creación de un curso en la Universidad de Harvard dedicado a su trayectoria y ayudó a catapultar la carrera de una nueva generación de mujeres en el pop como Sabrina Carpenter o Gracie Abrams, quienes abrieron sus conciertos en diversas partes del mundo.