Ella al igual que muchas otras, asegura ser inocente, “por estar en el lugar equivocado a la hora equivocada”, narró. Pero reconoce que llegar a este lugar también cambió su vida para bien, pues terminó sus estudios secundarios, aprendió a hacer pan, puede hacer piñatas y ya habla inglés. “Este lugar a uno lo forma de una manera fuerte. Lo fortalece como ser humano y también lo hace más sensible”, contó, casi con la voz quebrada.