Diez semanas han pasado desde que Juan Carlos Nuñez Valle y Elvis Perdomo desaparecieron sin dejar rastro, diez semanas de angustia y dolor para sus familias, y de impunidad para quiénes están detrás de su desapareción.
Ambos chicos fueron vistos por última vez caminando por la rivera del río, el pasado 27 de septiembre, luego de que una mujer a la que conocieron por Facebook los citó en la zona.
Este 14 de diciembre la policía realizó una intensa operación en el sitio donde fueron vistos la última vez, juntos y caminando a la orilla del río.
Mediante excavaciones en distintos puntos de la rivera del río se busca dar con alguna pista o algo que indique qué pasó con los muchachos.
Los menores habían sido citados vía teléfono por una persona desconocida a la cual conocieron a través de redes sociales, según relatos de los padres.
Los menores de 13 y 15 años de edad, identificados como Juan Carlos Núñez y Elvis Perdomo, salieron con rumbo desconocido desde el pasado martes a conocer una supuesta amiga que contactaron mediante redes sociales. Una práctica sumamente peligrosa y que ya suma varios casos en Honduras.
Los padres de uno de los menores relataron semanas atrás que al poner la denuncia de rapto en la cuarta estación Policial de Comayagüela algunos policías le dijeron que tenían miedo de entrar a esa colonia.
Además de su fuerte vínculo como amigos, los menores comparten el gusto por el fútbol, por lo que integran un equipo con jóvenes de su misma edad, razón por la que siempre andaban juntos.
Los menores son calificados como alumnos bien portados, que están en su escuela desde pequeños y que no acostumbrar a salir y solo lo hacían cuando tenían algún encuentro deportivo, pero iban supervisados.
Se conoció que debido a que Juan Carlos Núñez (15) no tenía un teléfono celular, utilizaba el de su padre para poder comunicarse con la desconocida por eso fue que dieron cuenta que mantenía comunicación con una mujer.
Al parecer, bajo engaños, luego de varias conversaciones durante unos días, se produjo el acuerdo de la hora y fecha en la que ambos se encontrarían, sin imaginar cuál sería el desenlace.
“Nuestro hogar es un vacío irreparable, necesitamos que nos ayuden a encontrar a los niños. Me parte el alma buscar a mi hijo en un río que en una escuela”, dijo angustiosamente la madre del menor de 13 años.
Hasta la fecha no se conocen mayores avances sobre la investigación, mientras la angustia continúa sobre el paradero de los menores.