Entre el llanto y la impotencia de tener que dejar por todo lo que han luchado toda su vida, los vecinos del sector 2 de la colonia Guillén Zelaya han tenido que abandonar todo por la falla geológica que se activó en las últimas semanas en la zona. Aquí las imágenes de las dolorosas salidas de sus hogares.
Adultos y niños comenzaron sacar sus pertenencias desde el pasado fin de semana cuando algunas de las vivienda comenzaron a ceder por la saturación de los suelos debido a las lluvias que azotaron la capital.
Para el 15 de septiembre los vecinos del sector 2 de la popular colonia comenzaron a denunciar que escuchaban cómo las construcciones hacían ruidos y sentían movimientos.
“¡Está tronando!”, esa era la aterradora frase que replicaban los vecinos de la colonia Guillén al escuchar los cimientos tronar y las paredes de sus casas agrietarse.
Tuvieron que salir de la zona cero cargando sus pertenencias. No les quedó de otra. Salvar sus vidas era más importante, pero eso no impidió que con impotencia y lágrimas en los ojos dejaran atrás lo que fue su hogar.
El movimiento de tierra que alarmó a todos los vecinos de la zona llegó de repente como un fuerte estruendo, que no tiene comparación con otro ruido que hayan escuchado.
La falla, que está en el sector 2 de esta colonia capitalina, tuvo un movimiento de más de cinco metros.
Esto provocó que en las partes más altas las casas comenzaran a sufrir daños y algunas a caer en pedazos como piezas de dominó, ante la mirada incrédula de los vecinos.
Los uniformados de las Fuerzas Armadas de Honduras y el personas de la comuna capitalina cargaban todo aquello que consideraban importante sacar de cada vivienda a petición de los afectados.
Hasta cadenas humanas realizaban los policías, militares y los vecinos con el fin de sacar con rapidez los enseres.
Las personas eran trasladadas a un lugar seguro en los alrededores y los albergues habilitados: tres en la colonia Roberto Suazo Córdova y uno en el barrio San Pablo.
Las personas, que habían luchado por muchos años para poder tener su hogar en la zona, miraban con impotencia la desgracia que afecta a la zona.
Entre los militares y los vecinos del lugar comenzaron a sacar a las personas que necesitaban ayuda.
Algunos lograron sacar sus muebles, pero la mayoría decidió solo tomar su ropa y las pertenencias importantes.
Hasta el viernes por la tarde eran unas 150 familias las afectadas, que tuvieron que ser evacuadas de la zona.
Para dar respuesta a las familias afectadas, las autoridades de la Alcaldía Municipal, Sedesol, FHIS, OABI y el Injupemp sostuvieron una reunión de emergencia.
“Cabe la posibilidad de habilitar la parte alta de Mateo. También la OABI tiene casas y apartamentos incautados que pueden servir para un espacio temporal”, detalló Jorge Aldana, alcalde capitalino.