Vestido con una parka forrada en piel, confeccionada por su mamá, y con un celular en la mano, Owen Watson da un recorrido por su ciudad, Iqaluit, en el territorio de Nunavut, en el extremo norte de Canadá. Todavía hay nieve en el suelo en mayo, aunque los días ya son más largos en este lugar conocido por sus espectaculares vistas de auroras boreales. “Ese lugar azul claro es la escuela a la que solía ir”, dice Owen, de 12 años, de la estructura cerrada detrás de él. Después se vuelve hacia el patio de recreo. “No debemos jugar allí ahora”. Rodeado de ríos, lagos y el océano, lleno de trucha alpina, su padre, Aaron Watson, dice que el nombre de su ciudad significa “peces” en inuktitut, el idioma que hablan los inuit, como Owen, su mamá y su hermana. Su papá es originario de Stratford, Ontario, y trabaja en la industria del turismo en Nunavut. 27/05/2020 - 07:05