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La tarde del jueves 10 de octubre, Geraldina Gricelda Hernández Madrid, de 36 años, y Franco Oswaldo Orellano Sierra, de 44 años, se encontraba en su vivienda, la cual también era un puesto de venta de fuegos artificiales, pero una tragedia ocurrió.
En cuestión de minutos, se registró una fuerte explosión en su negocio, ubicado exactamente en la 16 calle y 8 avenida, en el pasaje la Independencia del popular barrio sampedrano.
De acuerdo con las primeras investigaciones, el incendio se habría originado por la quema de la misma pólvora que sería vendida en esta temporada navideña.
Otras hipótesis indican que el incendio habría sido provocado por un corto circuito en los cables, sin embargo, esta información no ha sido confirmada por las autoridades.
Elementos de Cuerpo de Bomberos llegaron casi de inmediato a intentar controlar el incendio para apagar las llamas, pero lamentablemente las personas ya se encontraban sin vida.
Los cuerpos de la pareja fueron encontrados quemados dentro de la vivienda, junto a algunas de sus pertenencias.
Geraldina era una enfermera de profesión y empleada de una clínica privada. También era la propietaria de la tienda de venta de pólvora.
El hermano de la víctima, visiblemente afectado, mencionó ante los medios, mientras esperaba los restos de su hermana fuera de la morgue, que le dijo a su hermana que “almacenar pólvora era una bomba de tiempo”.
“Siempre que la visitaba le decía que la sacara porque era peligroso”, dijo su hermano entre lágrimas y llanto.
Tanto los restos de Geraldina como los de Franco fueron reclamados por sus familiares en la morgue de San Pedro Sula.
Autoridades esperaron que bajara la intensidad de las llamas para poder iniciar con las investigaciones en la escena y conocer qué fue lo que provocó la explosión.