Geraldine Largay, de 66 años de edad, se perdió en los bosques Apalaches de la región de Maine durante más de 20 días, pero su cuerpo fue hallado dos años después. Antes de morir dejó una nota en su diario en la que le pedía a las personas que cuando la encontraran le avisaran a su hija y a su esposo.
“Cuando encuentren mi cuerpo, por favor avisen a mi esposo George y a mi hija Kerry. Será una gentileza de su parte informarles a ellos que estoy muerta y dónde me encontraron, no importa cuántos años pasen”, fue el mensaje que encontraron los rescatistas.
Ella se perdió mientras llevaba a cabo una prueba de resistencia y orientación que acabaría con un final dramático en julio de 2013.
Fue gracias a su diario que se logró determinar que estuvo 26 días rondando por los bosques antes de fallecer.
De acuerdo con el medio británico, Daily Mail, la mujer estaba de excursión con su marido cuando se extravió de la ruta marcada por hacer sus necesidades el 22 de julio de 2023.
Después de ese momento perdió todo contacto con cualquier otro ser humano y jamás volvió a encontrar el sendero.
Trató de buscar un punto donde la señal de su celular le permitiera pedir auxilio a su esposo, quien la esperaba a la salida del bosque, apenas a unos kilómetros de distancia.
“Estoy perdida desde ayer. Me desvié tres o cuatro millas del sendero. Llamen a la policía por favor”, es uno de los mensajes de texto que intentó enviar el 23 de julio de ese año.
Pero ese mensaje nunca llegó, y fue hasta dos días después que su esposo decidió denunciar su desaparición y fue así que inició su búsqueda.
La mujer apenas llevaba algunas provisiones, un botiquín básico, una tienda de campaña, un un rosario, talco, hilo dental y un cepillo de dientes.
“Por favor ten el corazón de enviar el contenido de esta bolsa a mi esposo”, decía otro de los mensajes encontrados en las pertenencias de la señora.
De acuerdo a la documentación que publicada, el operativo de búsqueda de Largay fue uno de los más largos y costosos de la historia de Maine.
100 rescatistas con perros detectores de olor se desplegaron desde el 24 de julio. Aviones y helicópteros también realizaron sobrevuelos, pero jamás encontraron el rastro.
12 días después del extravío, los equipos de rescatistas redujeron la cantidad de operativos y el esposo de Largay abandonaba Maine y retornaba a casa con su hija. ”Todavía tengo esperanzas de que retorne con vida, pero debo ser realista”, dijo George Largay en aquel momento.
Y así pasaron los días hasta que la última nota la escribió el 18, el día en el que murió por inanición y exposición a la naturaleza. Murió dentro de su carpa. Fue hasta el 11 de octubre de 2015, cuando un guardabosque encontró su cuerpo por casualidad e informó a las autoridades, quienes al leer el mensaje informaron a su esposo lo que había ocurrido.