Cada 3 de mayo Honduras celebra el Día de la Cruz, una festividad con raíces religiosas y culturales que evoca el sacrificio de Jesús en la cruz, por lo que no es raro ver en algunas casas cruces decoradas con papelillo colorido en esta fecha. Pero, ¿cómo surgió esta tradicional práctica?
La celebración de la fiesta de la Santa Cruz, tiene su origen en la fe católica y la festividad tiene el propósito de venerar la cruz como máximo símbolo del cristianismo.
La costumbre, principalmente en los pueblos hondureños, es colocar en la entrada de la casa una cruz, no importa su tamaño, adornada con flores naturales o de papel en una parte alta, donde sea visible.
Según la historia transmitida a lo largo de los siglos, la celebración del Día de la Santa Cruz se remonta a un hecho ocurrido en el año 326 d.C. cuando la emperatriz Elena, madre de Constantino, quien emprendió una peregrinación a Jerusalén con el propósito de encontrar la cruz en la que Cristo fue crucificado.
Tras encontrar tres cruces al excavar en el monte Gólgota, la emperatriz encontró tres maderos y tocó con cada uno de ellos a una persona enferma y con la que se curó, la designaron como la cruz de Jesús. Desde entonces, el 3 de mayo se celebra el aniversario del descubrimiento de la Santa Cruz.
En Honduras la Iglesia Católica celebra la fecha, principalmente en tierra adentro, con cohetes, música, comida, misas, rezos y mucha alegría.
En décadas pasadas el Día de la Cruz era ampliamente celebrada, para el caso la colonia Tres de Mayo en la capital, que lleva su nombre en honor a esta celebración, festejaba la fecha con las tradicionales cruces. En la actualidad la práctica se ha ido perdiendo.
La fecha también ha coincidido en Honduras -en años anteriores- con la llegada de las primeras lluvias de mayo, por lo que la idea de vestir la cruz con papelillo colorido es que una vez que cae un aguacero, el papel se destiñe y emula la sangre de Cristo derramada para perdón de pecados en el mundo.