Impotencia y frustración de hondureños al regresar al país sin nada
Los primeros migrantes hondureños deportados este viernes desde Estados Unidos por la Administración de Donald Trump, más de 300, llegaron a su país entre la tristeza, la impotencia y la frustración por regresar a su país sin nada.
- 01 de febrero de 2025 a las 08:56

Con un sentimiento agridulce, en medio de la tristeza por una nueva realidad, una madre abraza a su hijo deportado de Estados Unidos, tras muchos años de no tenerlo cerca. Esta fue una de las constantes escenas que se viven en el retorno forzado de hondureños que están siendo deportados de Estados Unidos.

En medio de la tristeza e incluso lágrimas, al aterrizar en el Aeropuerto Internacional Ramón Villeda Morales, de la Lima, departamento de Cortés, no faltaron las sonrisas por el reencuentro de muchos.

Para muchos su regreso no es lo que habrían querido, pues la mayoría no pensaba retornar y si lo hacían preferían bajo otras circunstancias con la posibilidad de regresar a sus empleos en Estados Unidos.

“Es muy duro, me fui porque aquí no conseguía trabajo”, dijo una migrante de 22 años, quien ahora espera que el Gobierno de su país, que preside Xiomara Castro, le brinda un empleo.

“Ni siquiera conocí Estados Unidos, porque esta semana, cruzando el río, fui capturado y me deportaron”, dijo otro deportado.

Algunos de los migrantes, que eran esperados en el Aeropuerto Internacional Ramón Villeda Morales, de la Lima, departamento de Cortés, en el norte de Honduras, relataron escuetamente, algunos llorando, la pesadilla en que se convirtió su “sueño americano”.

“Estuve cinco años en el país del norte y algo pude hacer por mi familia en Honduras”, comenta otro al lamentar no poder seguir en Estados Unidos y perder la vida que se estaba forjando de golpe.

“Sería “loco”, si regresara a Estados Unidos”, comentó otro al recordar toda la odisea para ingresar y luego la forma en el que fue deportado.

Otros jóvenes retornados llegaron a su país con sentimientos encontrados, la alegría de reunirse con la familia que dejaron hace unos pocos años y la tristeza por los hijos que dejaron en Estados Unidos, nacidos en ese país.

Los más de 300 migrantes deportados llegaron en dos aviones militares y dos civiles de vuelos chárter.

En el segundo avión militar, que llegó a La Lima cayendo la tarde, venían muchas mujeres y niños.

Los migrantes fueron recibidos por una misión oficial del Gobierno encabezada por el canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina, como parte de un programa de emergencia “Hermano, hermana, vuelve a casa”, mediante el cual se otorgará a cada migrante deportado un bono para alimentos y 1.100 dólares, para que pueden emprender alguna actividad que les genere ingreso económico.