Militares blindaron zona para reunión del CNE con las FF AA
La presidenta del CNE suspendió la reunión al sentirse amenazada por el excesivo despliegue de militares y la actitud del general Roosevelt Hernández
- 21 de marzo de 2025 a las 14:58

La sesión del Consejo Nacional Electoral (CNE), destinada a recibir un informe de las Fuerzas Armadas (FF AA) sobre las elecciones primarias del 9 de marzo, se convirtió en un espectáculo inquietante, donde el ambiente militarizado ahogó la intención de un encuentro institucional.

Al llegar al lugar, en un hotel capitalino que alberga oficinas del CNE, lo primero que impactaba era la inmensa presencia de militares rodeando la zona, transformando el espacio en una fortaleza de intimidación.

Motocicletas rugían, camiones repletos de militares avanzaban con sigilo, y una multitud de soldados armados con fusiles patrullaban cada rincón, como si estuvieran a punto de enfrentar una guerra, no solo para resguardar una reunión.

El despliegue excesivo no pasaba desapercibido: la presencia de los efectivos armados no se justificaba en lo más mínimo, sino que más bien parecía una estrategia de dominación sobre las autoridades del CNE.

La tensión estalló cuando la presidenta del CNE, Cossette López, decidió suspender la reunión al sentirse irrespetada y ser agredida verbalmente por el jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández.

López pidió, con calma, esperar a los consejeros ausentes para comenzar la sesión, pero Hernández, según Cossette, en un arrebato de furia, le gritó que ella no era su superior. "Claro lo ha dejado con su beligerancia, porque eso sería insubordinación", señaló Cossette.

La sensación de inseguridad, rodeada de tantos hombres armados aún dentro de la oficina, llevó a Cossette a tomar una decisión tajante: suspender la reunión.

Lo que comenzó como un evento protocolario se transformó en un claro intento de intimidación. La presidenta del CNE denunció que se había convertido en un espacio público, sin previo aviso ni justificación.

López dejó claro que la sesión no tenía intención de ser un debate ni una confrontación, pero el ambiente creado por las Fuerzas Armadas obligó a todos a tomar posiciones defensivas en lugar de escuchar un simple informe.

La presencia de los soldados, con su actitud desafiante y sus miradas penetrantes, resultó completamente desproporcionada, considerando que la reunión era una mera rendición de cuentas, no un enfrentamiento.