Las autoridades hondureñas se mantienen en alerta máxima ante la llegada de la tormenta tropical Pilar y el monitoreo constante de tres fenómenos adicionales que auguran lluvias en diversas regiones del país.
Esta situación ha llevado a la activación de medidas preventivas, particularmente en áreas previamente afectadas por fenómenos climáticos.
El río Chamelecón, ubicado en La Lima, Cortés, zona norte de Honduras se encuentra bajo estrecha vigilancia debido a su acelerado crecimiento provocado por los persistentes aguaceros.
Esta situación ha despertado preocupación, recordando el impacto devastador que tuvieron las precipitaciones intensas en septiembre y octubre del año anterior en el Valle de Sula.
Otras regiones de Honduras, como Siguatepeque en Comayagua y La Esperanza, Intibucá, se mantienen en alerta verde debido a las fuertes precipitaciones.
Ante el riesgo latente, el alcalde de la capital, Jorge Aldana, ha emitido una alerta amarilla para la zona, reconociendo la vulnerabilidad de la ciudad ante condiciones climáticas extremas.
En respuesta, se ha anunciado el despliegue de equipos hacia áreas de alto riesgo con la finalidad de habilitar albergues para aquellos que puedan necesitar resguardo durante la noche.
La situación ha llevado a los departamentos de Valle y Choluteca a permanecer en alerta amarilla durante las próximas 48 horas, anticipando los posibles efectos de la tormenta Pilar proveniente del Pacífico.
Estos departamentos se preparan para afrontar los embates climáticos y mitigar posibles impactos.
En paralelo, los departamentos de El Paraíso, Francisco Morazán, La Paz, Comayagua, Santa Bárbara, Cortés, Atlántida, Colón e Islas de la Bahía se mantienen en alerta verde por el riesgo de lluvias.
Aunque no se prevén efectos tan graves como en las áreas bajo alerta amarilla, se han reforzado medidas de precaución para enfrentar cualquier eventualidad.