Kinsley White, quien jugaba baloncesto con un grupo de amigos, fue al patio a recoger la pelota, pero fue recibida a gritos por el hombre que vivía en esa casa, quien fue identificado como Robert Singletary de 24 años. El padre de la niña, al enterarse, acudió para increpar al sujeto, pero fue recibido a balazos. Uno de los disparos impactó contra la cara de la menor y otro contra la espalda de su papá. Afortunadamente ninguno murió. Tras los hechos el sujeto se dio a la fuga, pero fue capturado después en Florida y se constató que tenía varios antecedentes, entre ellos, cuatro cargos de intento de asesinato en primer grado, dos cargos de agresión con arma mortal con intención de matar infligiendo lesiones graves y un cargo de ser un delincuente en posesión de un arma de fuego.