Esta imagen de una persona cargando un arma mientras caminaba por uno de los pasillos de la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) ha sido difundida por las autoridades y muestra a una de las personas responsables de perpetrar la masacre, que deja al menos 41 mujeres muertas en la cárcel ubicada en la capital hondureña. Pero aquí no solo se usaron pistolas para aniquilar a las víctimas, sino otro tipo de herramientas. Esto es lo que sabemos.
Inicialmente se creyó que se trataba de un incendio al interior del centro penal de mujeres, por lo que se desplazaron varios miembros del Cuerpo de Bomberos para sofocar el fuego.
Y en efecto, enormes llamas que se desataron al interior de algunos módulos se podían divisar desde varios metros de distancia y afortunadamente lograron ser controladas por los apagafuegos.
Sin embargo, varias reclusas perdieron la vida carbonizadas, en un siniestro que después se sabría fue provocado y no accidental. Por lo tanto, una de las armas que utilizaron las responsables de estos hechos violentos fueron químicos inflamables.
Por otro lado, varias reclusas que fueron trasladadas a centros asistenciales relataron cómo fueron atacadas por armas blancas y objetos cortopunzantes. Delma Ordóñez, presidenta de la Asociación de Privados de Libertad, mencionó que algunas víctimas relataron haber sido atacadas con machetes.
Además, en una entrevista con Noticieros Hoy Mismo, una de las heridas, que lloraba mientras esperaba ser ingresada en la sala de emergencias del Hospital Escuela, dijo que: “Solo se metieron adentro del módulo con una AR-15”, dando pistas de que también participaron armas de grueso calibre.
Otra de las armas de uso prohibido en Honduras es la Mini uzi o fusil, que según Ordóñez también fue usada para cometer el asesinato múltiple.
"Fue un ataque vil, un ataque cruel, con armas de grueso calibre, con uzi, con machetes, con granadas, con AR-15”, dijo consternada la presidenta de la Asociación de Privados de Libertad.
En otras imágenes captadas dentro de la cárcel, en las que se muestran los cuerpos tirados en el suelo también se aprecia que algunas fueron ultimadas con golpes de objetos contusos, como se muestra en esta foto, donde se observa una piedra sobre el cuerpo de una de las víctimas.
“Las escenas que se miran ahí adentro nunca me las hubiera imaginado”, dijo conmovida Ordóñez, mientras era rodeada por los familiares de las reclusas que se apostaban afuera del hospital en busca de información de sus seres queridos.
“Tengo nudos en la garganta, porque perdieron la vida varias privadas de libertad con las que yo he convivido y me he dado cuenta que perdieron la vida”, agregó. De momento, las autoridades se han pronunciado repudiando los hechos, pero no se ha precisado quiénes están detrás del atroz crimen. y cómo esas armas entraron a la granja penal.