Roberto Escobar, hermano de Pablo Escobar, era quien administraba el lugar. Se encargaba de exponer muchas de las excentricidades del narcotraficante como carros antiguos, motos y hasta una pared falsa que en otra época le sirvió de escondite.
También, cobraba una cierta cantidad de dinero a los visitantes que quisieran colocar su cara a par de Pablo Escobar en el famoso cártel de ‘Se busca’ donde ofrecían 10 millones de dólares como recompensa por su captura.