Bolsonaro se ha resistido a imponer cuarentenas como las decretadas en Estados Unidos y Europa para contener la propagación del virus, alegando que ese tipo de medidas no merecen la pena por su costo económico. Cesó a su primer ministro de Salud por respaldar los confinamientos, aceptó la renuncia de su reemplazo tras poco más de un mes en el cargo y dijo que el interino, un general del ejército sin experiencia previa en sanidad o medicina, seguirá a cargo de la respuesta a la pandemia “por mucho tiempo”. En una reunión de su gobierno el mes pasado, visiblemente enojado, el presidente insultó a los gobernadores y alcaldes que implantaron cuarentenas. 26/05/2020 - 08:05