Uno de los sobrevivientes mencionó el pánico que sintió al inicio de la erupción. “Zigzagueaba, bajé unos 30 o 40 metros” hasta un puesto de senderismo, explicó Ridho, de 22 años, desde un hospital cercano. “La erupción hizo mucho estruendo, miré para atrás y inmediatamente salí corriendo, como todo el mundo. Algunos saltaron y cayeron. Me refugié detrás de unas rocas, no había árboles allí”, agregó.