Un cerebro humano, colillas de cigarro, cuarenta botellas vacías de aguardiente, machetes, ajos y tortugas asadas también fueron aseguradas, aunque el verdadero terror se encontró en los alrededores de la casa, pues el terreno resultó ser una fosa común con al menos doce cadáveres ocultos, apilados, descuartizados y sin cerebro ni corazón.
Se presume que la mayoría de las víctimas fueron narcotraficantes rivales de El Padrino excepto Mark Kilroy, quien fue elegido para realizar un ritual especial.