Luego de que el presidente Nicolás Maduro amenazara con encarcelar a adversarios del régimen, la oposición venezolana continúa en las calles denunciando fraude.
“Vamos a movilizarnos”: la oposición de Venezuela llama a salir a la calle para reclamar su victoria en las cuestionadas presidenciales, en medio de masivas detenciones y amenazas de cárcel para sus principales dirigentes.
La autoridad electoral no presentó aún el detalle de los resultados del domingo, según los cuales Nicolás Maduro fue reelecto con el 51% de los votos, a medida que crece la presión internacional por un escrutinio transparente.
La oposición liderada por María Corina Machado publicó en un sitio web copias de las actas de votación que asegura prueban la victoria de su candidato Edmundo González Urrutia con amplia mayoría, lo que el chavismo tachó de montaje.
Tras la proclamación de Maduro, protestas estallaron el lunes en Caracas y otras ciudades, aunque se habían ido disipando.
“Le ofrecimos al régimen que aceptara democráticamente su derrota y avanzar en una negociación para asegurar una transición pacífica; sin embargo, han optado por la ruta de la represión, la violencia y la mentira”, escribió Machado en X. “Ahora nos corresponde a todos hacer valer la verdad que todos conocemos. Vamos a movilizarnos. Lo lograremos”.
Tras la proclamación de Maduro, el lunes estallaron protestas en Caracas y otras ciudades, con 11 civiles muertos, según oenegés de derechos humanos, y más de 1,000 detenidos.
“Ustedes tienen las manos manchadas en sangre”, dijo Maduro el miércoles en una rueda de prensa, al referirse a González Urrutia y a Machado. “Deben estar tras las rejas”, resaltó.
Caracas ha retomado a medias su normalidad. Los comercios comienzan a abrir y el transporte público a funcionar después de días de mucha zozobra por las protestas que convirtieron a la capital en una suerte de pueblo fantasma.
“La vida se está normalizando, ya hay bastante gente en la calle”, indicó a la AFP Reinaldo García, de 55 años, en la gigantesca barriada de Petare.
Sin embargo, el ambiente en general es de temor. En un edificio de un barrio de clase media, los vecinos se hacen señas para callar cuando el tema de las elecciones surge: temen ser delatados y arrestados.
Maduro ordenó un despliegue de seguridad para evitar lo que consideró como un golpe de Estado por parte de la oposición “fascista”. Incluso habilitó dentro de una aplicación de programas sociales una sección para denunciar “a los delincuentes que han amenazado al pueblo” para “ir por ellos, para que haya justicia”.
La Fuerza Armada se ha mostrado por su parte monolítica en su posición de “absoluta lealtad y apoyo incondicional” a Maduro, “legítimamente reelecto”.
Según el fiscal general, Tarek William Saab, en las protestas también murió un militar, 77 funcionarios han resultado heridos y más de mil personas han sido detenidas.
La reelección de Maduro ha encendido alarmas en el mundo, entre llamados a mayor transparencia en la presentación de los resultados y el temor de que se repita una nueva ola migratoria, que aumente la diáspora de 7,5 millones de personas que según la ONU salieron del país desde 2014 huyendo de la crisis.
“Está claro que Edmundo González Urrutia derrotó a Nicolás Maduro por millones de votos (...). El CNE de Maduro necesita tiempo para preparar resultados falsificados”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols.