Las intensas lluvias que azotan el sur de Brasil han desencadenado una serie de inundaciones que han dejado muerte y destrucción en su paso.
Según el último balance emitido por Defensa Civil el sábado, al menos 56 personas han perdido la vida y otras 67 se encuentran desaparecidas como resultado de este desastre climático.
Las lluvias torrenciales han provocado el desbordamiento de ríos y arroyos, así como deslizamientos de tierra, lo que ha dejado numerosas vías de comunicación interrumpidas en el estado de Rio Grande do Sul.
Porto Alegre, la capital del estado y hogar de casi 1,4 millones de personas, ha sido duramente golpeada por las crecidas, con partes significativas de la ciudad sumergidas bajo el agua.
Fundada en 1772 por inmigrantes portugueses, Porto Alegre ha sido históricamente un centro económico clave para Brasil, gracias a su estratégica ubicación junto al lago Guaíba.
Sin embargo, esta misma ubicación ha sido ahora la causa de su desgracia, ya que las vías fluviales que una vez fueron vitales para su desarrollo ahora representan una amenaza mortal debido a las inundaciones.
Las imágenes aéreas de la zona afectada muestran una devastación generalizada, con vastas áreas inundadas, puentes y carreteras destruidos, y operaciones de rescate en curso para salvar a aquellos atrapados por las aguas.
La situación se ve agravada por las predicciones meteorológicas que anticipan más lluvias intensas en los próximos días, lo que podría aumentar aún más el nivel de los ríos y provocar deslizamientos de tierra adicionales.
Las autoridades locales y nacionales están llevando a cabo esfuerzos de rescate y ayuda humanitaria para hacer frente a la crisis, pero la magnitud del desastre plantea desafíos en términos de logística y coordinación.
Una fuerte explosión en una gasolinera ha cobrado la vida de al menos dos personas, según lo confirmó un periodista de la AFP que estuvo presente en el momento del incidente.
El incidente tuvo lugar cuando vehículos que participaban en las operaciones de rescate de las víctimas del desastre climático se abastecían en la estación de servicio inundada. La explosión generó un incendio que provocó una espesa nube de humo, visible desde lejos, y afectó a varias personas que fueron trasladadas por los bomberos con quemaduras.
Porto Alegre ha estado sufriendo los estragos del “peor desastre climático” en la historia del estado de Rio Grande do Sul, con fuertes lluvias que han provocado inundaciones generalizadas y deslizamientos de tierra.
Las intensas precipitaciones han causado estragos en la región, dejando decenas de muertos y desaparecidos, así como interrumpiendo numerosas carreteras y dejando a casi 300 localidades aisladas.
El centro histórico de Porto Alegre se ha visto especialmente afectado por la crecida del río Guaíba, que ha alcanzado niveles récord, superando los registros históricos establecidos durante las inundaciones de 1941.
Numerosas calles han quedado inundadas, obligando a los residentes a evacuar sus hogares en busca de seguridad.
Según las autoridades locales, casi 70.000 personas han tenido que abandonar sus hogares debido a las inundaciones, y más de un millón de viviendas están actualmente sin suministro de agua en Rio Grande do Sul.
La Defensa Civil ha informado que las inundaciones ya están afectando a medio millón de habitantes en la región, y se están llevando a cabo esfuerzos de rescate para garantizar la seguridad de aquellos en riesgo.