Miguel Cortés Miranda, un químico farmacobiólogo, está siendo investigado por una serie de crímenes, revelando un mundo de horror y violencia en Iztacalco, Ciudad de México.
El episodio comenzó con el brutal asesinato de María José, una joven de 17 años, quien fue víctima de abuso sexual y posteriormente apuñalada hasta la muerte en su propio hogar.
El agresor, identificado como Cortés Miranda, esperó pacientemente a que la madre de María José saliera de casa, antes de llevar a cabo su atroz acto.
La madre regresó a casa y descubrió el crimen en curso y al intentar defender a su hija, fue atacada por el individuo con un arma punzocortante, dejándola gravemente herida.
Afortunadamente, la madre pudo resistir y, con la ayuda de vecinos, lograron detener al agresor y llamar a los servicios de emergencia.
Sin embargo, lo que las autoridades descubrieron en el domicilio de Cortés Miranda superó todas las pesadillas imaginables.
Durante el cateo, se encontraron varios cráneos humanos, prendas de vestir y documentos de identificación pertenecientes a otras mujeres.
Estos macabros hallazgos llevaron a las autoridades a sospechar que Cortés Miranda podría estar involucrado en una serie de asesinatos en serie, con al menos 20 víctimas confirmadas hasta el momento.
Las primeras investigaciones revelan un modus operandi perturbador, en el que Cortés Miranda habría seleccionado a sus víctimas entre estudiantes, laboratoristas, sexoservidoras y compañeras de trabajo.
Se presume que abusaba de ellas antes de cometer los crímenes y luego descuartizaba los cuerpos para eliminar cualquier evidencia incriminatoria.
A medida que la investigación avanza, se espera que se revele más información sobre este perturbador caso que ha sido comparado con el infame asesino en serie estadounidense Jeffrey Dahmer.