Luego de 35 años de luchar juntos y sacar adelante a sus hijos, Valentina Fernández y Edgardo Canales soñaban con construir una nueva casa y trabajaban a diario para lograrlo. Este miércoles, viajaban alegres para llevar las cerámicas que pondrían en el piso de la vivienda, pero un accidente apagó la vida de la mujer.
Cuando viajaban desde el norte hacia el municipio de Talanga, en Francisco Morazán, el automóvil en el que viajaba la pareja y un amigo de ellos se volcó, causando que Valentina Fernández Pérez saliera disparada del vehículo, cayendo aparatosamente sobre el pavimento.
Además, su cabeza se habría golpeado sobre el bordillo de la mediana, siendo los golpes tan fuertes que perdió la vida al instante.
El accidente se registró en la carretera CA-5, a la altura de la aldea San Matías, a pocos kilómetros para ingresar a Tegucigalpa. En la escena del trágico accidente quedaron dispersas varias cajas de cerámica quebrada, que la pareja había elegido cuidadosamente para ver su casa más bonita.
El esposo de la víctima, identificado como Edgardo Canales, resultó con un leve golpe en el brazo y el conductor del vehículo tipo pick up, identificado solamente como Ovidio, también resultó lesionado, por lo que fue llevado a un centro médico.
Edgardo Canales, aún en estado de “shock”, relataba a los periodistas y autoridades policiales cómo ocurrieron los hechos y cuando lograba entender lo sucedido se soltaba en un llanto de dolor e impotencia.
Frente a la cámara de EL HERALDO, Canales recordó que estuvieron casados por alrededor de 35 años, en los cuales procrearon cinco hijos.
“Fue mi esposa por 35 años y hoy la perdí en este accidente”, se lamentaba. “Nos amábamos mucho, ella me dio cincos hijos”, agregó.
Con su mochila en una mano y sosteniendo cuidadosamente el bolso de su esposa en el otro brazo, el acongojado hondureño salía de la escena a petición de la Policía, dejando atrás el cuerpo de su esposa de 54 años, que yacía sobre la calle cubierto con una cobija estampada.
Don Edgardo describió a su amada como una mujer “muy trabajadora” y recordó: “abrimos un restaurante en Santa Cruz de Yojoa”.
Sobre el momento del accidente, el viudo comentó que el conductor es un amigo de la familia, a quien le pidieron el favor de llevarlos a Talanga y ayudarlos con la carga de materiales.
Según confió, el trayecto había sido tranquilo, incluso, su esposa se quedó dormida en un momento del viaje.
“Ella venía como con sueño, venía dormida, incluso el hermano (Ovidio) le dijo: ‘¿Ha dormido algo, verdad, patrona?’, y ella le respondió: “Sí, pero ya desde aquí no me vuelvo a dormir” (hasta llegar al destino).
Edgardo cree que la leve llovizna que caía sobre ese sector de Honduras pudo haber provocado que el conductor perdiera el control del vehículo y se volcaran, dejando como resultado daños materiales considerables y lo más importante: arrebatándole a su compañera de vida y de sueños.