En 2019, un operativo intentó detener a El Ratón en su casa, el fracaso de la operación fue mayúsculo y se conoció como Culiacanazo. El desenlace fue uno de los puntos más bajos de la gobernanza del presidente de México. Ovidio Guzmán, teléfono en mano, retenido por militares en la puerta de su casa, pide a sus seguidores que detengan el caos: “¡Ya paren todo, oigan, ya me entregué!”. Pero nadie paró. Hasta que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ordenó soltar a Ovidio.