En abril de 2020, cuando su negocio llevaba más de 40 días sin operar debido a las restricciones por el covid-19, el ahora alcalde, Roberto Contreras, se apostó en la entrada de su restaurante, se colocó sogas, acordonó el área y se declaró en huelga de hambre exigiendo una revisión de su factura energética, pues dijo que aunque no estaba atendiendo a sus clientes, la Empresa Energía Honduras (EEH) había facturado una fuerte suma correspondiente a su presunto consumo.