Las alarmas sonaron a las tres de la madrugada, cuando comenzaron a sentirse explosiones en la plaza de la Armada y las calles Piñeiro, Tyde, Ordóñez y Calvo Sotelo, en cada una de ellas había autos ardiendo. “No tuvimos tiempo para nada. En cuanto nos avisaron salimos y ya todos los coches estaba ardiendo incluyendo el de mi ahijado”, lamentó uno de los vecinos afectado.