La masacre ocurrió al interior de esta vivienda, cuando un sujeto de nacinalidad mexicana, identificado como Francisco Oropeza, ingresó para acribillar a toda la familia con un fusil de grueso calibre. Según trascendió, el detonante del crimen habría sido la petición de que no realizara disparos al aire libre porque los hondureños tenían a un recién nacido dormido, lo que desató la furia del hombre que actualmente se encuentra prófugo de la justicia.