“Vayan a ver a Sandy, no está bien”, decía el audio que recibió el cuñado de la víctima ese sábado. El hombre recuerda cómo Alejandro se limitó a decir eso y él y su esposa, Jeanette, la hermana de Sandy, comenzaron a llamar a las vecinas para que llegaran a la casa y verificaran lo ocurrido, pues sospecharon lo peor.