Un empresario multimillonario paquistaní que vivía en el Reino Unido y trabajaba para el rey Carlos III, así era Shahzada Dawood, quien junto a su hijo, Sulaiman, se convirtieron en dos de las cinco víctimas que murieron a bordo del submarino Titan, desaparecido durante una expedición al Titanic.
Shahzada y su hijo, Sulaiman Dawood, pensaron que esta sería una experiencia única en la vida.
Los Dawood son conocidos en Pakistán por su destacado negocio, Dawood Hercules Corporation, que abarca diversos sectores como energía, petroquímica, fertilizantes, tecnología de la información, alimentos y agricultura.
Es liderado por el patriarca Hussain Dawood, mientras que Shahzada y Abdul Samad están al frente de varias divisiones, y Sabrina Dawood se encarga de las actividades benéficas de la empresa, según la información proporcionada en el sitio web de Dawood Hercules Corporation.
Figura como fideicomisario del Instituto SETI, una organización de investigación sin fines de lucro sobre la vida y la inteligencia en el universo, es decir sobre los extraterrestres y ovnis.
También trabajaba con Prince’s Trust International y The British Asian Trust, creado por el rey Carlos.
La fortuna del empresario los convirtió en una de las familias más ricas de Pakistán.
Según información publicada por el portal Freshers Live, su fortuna asciende a 136.73 millones de dólares.
Este jueves, luego cuatro días desaparecidos en el Atlántico, fueron declarados muertos. Iban cinco pasajeros a bordo del sumergible perdido.
“Los restos son consistentes con una catastrófica pérdida de presión de la cámara” del Titan, cuya comunicación se perdió el domingo, dos horas después de haber iniciado la inmersión con cinco personas a bordo, anunció el contraalmirante del servicio de Guardacostas John Mauger, que transmitió el pésame a las familias.
A bordo también viajaban el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation; el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet; y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, la compañía que opera el sumergible, y que cobraba 250.000 dólares por turista.
En la mañana de este jueves, un ROV, un vehículo a control remoto, encontró la cola cónica del sumergible en el lecho marino a menos de medio kilómetro del Titanic, explicó Mauger en una conferencia de prensa.
Poco antes, los Guardacostas anunciaron el hallazgo de un “campo de restos”, que debían ser evaluados por los expertos.
La búsqueda, en la que participaron barcos, robots y aviones, había entrado el jueves en una fase crítica una vez transcurridas las 96 horas de oxígeno de emergencia de que disponía el sumergible Titan de la empresa OceanGate Expeditions.