Nueve meses desaparecidos: ¿Cómo sobrevivieron los 13 hondureños raptados en Las Marías?
Fueron lanzados a la arena de una playa en Tela con los ojos vendados tras más de nueve meses secuestrados en un lugar desconocido
- 13 de marzo de 2025 a las 15:20

Agradecido por volver a ver a sus familiares, solo uno de los involucrados decidió dar declaraciones y relatar cómo fue su experiencia durante todo este tiempo viviendo privado de libertad en un cuarto sin conocer su ubicación. Esto dijeron a Grupo OPSA.


Trece vecinos, entre hombres y mujeres, de la aldea Crique Las Marías, en Tela, Atlántida, permanecieron raptados nueve meses por una estructura supuestamente vinculada a delitos de narcotráfico, homicidio y violación.

Se trata de Omar Escobar, Vanessa Hernández, Carlos Martínez, Miguel Molina, Eduardo Molina, Isaías Guzmán, Lucio Corea, Greysi Hernández, Mirian Hernández, Damaris Bardales, Alberto Bardales, Elvin Hernández y un joven no identificado.

La mañana del martes 11 de marzo fueron abandonados a orillas de una playa en Tela, donde luego fueron hallados por policías y después llevados a una estación policial por la Agencia Técnica de Investigación Criminal, quienes luego los trasladarían a la ciudad de San Pedro Sula para una evaluación forense.

Con un poco de temor, pues no creía la realidad de volver a ver a su familia, la víctima relató a Grupo OPSA lo ocurrido ese 17 de junio de 2024, fecha en la que fueron privados de su libertad. El hombre recordó que estaban en sus casas cuando personas armadas llegaron a la comunidad Crique Las Marías y se los llevaron en vehículos.

Luego de vendarles los ojos y llevarlos a otro sector, los subieron en tres lanchas en las que se movilizaron por unas 10 horas. ”Solo sé que llegamos en la noche y nos metieron en el cuarto de una casa. La verdad es que nunca nos trataron mal, siempre nos dieron comida”, dijo el joven, quien agregó que cree que los llevaron a Guatemala por el acento de quienes los cuidaban.

Vivían intimidados por sus captores, quienes se colocaban capuchas en la cabeza para evitar ser reconocidos. Según el relato, en ocasiones los sacaban al patio de la casa, que tenía un gran muro que les impedía salir.

“Hubo momentos que llorábamos pensando que no volveríamos, pero entre todos nos animábamos. Orábamos juntos y le pedíamos a Dios que nos permitiera volver a casa. Siempre confiamos en que Dios nos permitiría volver y abrazar a nuestras familias”, recordó.

Reveló que desconoce por qué los tuvieron en cautiverio, pues asegura que ellos son personas que no andan en malos pasos. “Llevábamos la cuenta del encierro con la fe de que llegara el día que seríamos liberados”, dijo.

Mencionó que esa noche (un día antes de su liberación), les dijeron que alistaran sus cosas. “Nos vendaron los ojos y nos llevaron a las lanchas de nuevo y, tras unas diez horas, nos tiraron a la arena. Nos dijeron que no volteáramos a ver. Cuando ya no escuchamos las lanchas nos quitamos las vendas y solo dimos gracias a Dios y buscamos ayuda, unas personas llegaron y llamaron a la Policía, que nos llevó a la estación para atendernos. Ahí supimos que estábamos en Tela”, relató.

Alegre de su regreso, el joven dijo que al regresar a su aldea lo primero que hará es “abrazar a mi esposa y dos hijos, quienes pensaron que nunca más me verían”. “Estamos muy contentos, ya que después de casi nueve meses de sufrimiento, dolor, desesperación y cuando tal vez quisimos perder la fe, recibimos la mejor noticia, que fue encontrar a mi hijo y los demás vecinos con vida. Siempre supimos que Dios estaba con nosotros”, externó.