De alguna forma, Murillo Damas recobró su libertad y se traslado hasta la aldea El Dorado, en una zona montañosa de Colón, donde conoció a una mujer de nombre Ana Fúnez, la cual era madre del pequeño Denis Ariel Bonilla, con quien formó un hogar. Esto sin pensar que tiempo después todo acabaría con la muerte del menor.