Las calles de Tegucigalpa y Comayagüela se cubrieron de agua tras las fuertes lluvias que cayeron la tarde del lunes 10 de junio, dejando varias calles, colonias y negocios completamente inundados.
Las precipitaciones leves comenzaron alrededor de las 1:30 de la tarde y causaron daños y atascos vehiculares en diversos puntos de la capital hondureña.
Sin embargo, el torrencial aguacero inició a las 2:30 p.m. y convirtió las calles en ríos, colapsó desagües y provocó un caos vehicular que se extendió por varias horas.
Videos difundidos en redes sociales mostraban la magnitud del desastre, con vehículos atrapados en el agua y personas luchando por abrirse paso entre las corrientes.
Para algunos motociclistas fue imposible seguir movilizándose por lo que quedaron varados en pleno anillo periférico.
Emilio Flores, fotorreportero de EL HERALDO, recorrió algunos de los puntos más afectados, documentando los estragos causados por la tormenta.
Su lente capturó la angustia de conductores, propietarios de negocios y transeúntes afectados por el inesperado diluvio.
La Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencia (Copeco) había pronosticado la continuidad de las lluvias debido a una vaguada que ingresó al país la semana pasada.
Aun cuando las precipitaciones bajaron, el tráfico seguía en las zonas adyacentes al anillo periférico.
Los negocios también se vieron afectados por las inundaciones.
Otro de los lugares afectados fue la colonia Kennedy, donde el lente de EL HERALDO captó las calles peatonales inundadas.
Los transeúntes de la calle del comercio en la popular colonia capitalina cruzaban las calles donde el agua corría como río.
El Distrito Central, compuesto por más de 60% de barrios y colonias en estado de vulnerabilidad, enfrenta serios riesgos con la llegada de la temporada de lluvias.
Las autoridades municipales han habilitado líneas de emergencia (2221-6969 y 100) para que los ciudadanos reporten problemas en sus comunidades y reciban la ayuda necesaria.
Entre los sectores más afectados se encuentra “Los Jucos” en el barrio Morazán, donde la crecida de la quebrada “La Orejona” provocó inundaciones que dañaron viviendas y obras de mitigación en construcción.
La semana pasada doce familias tuvieron que ser evacuadas para evitar tragedias ante la peligrosa corriente.