Luego de la muerte de 39 migrantes y varios heridos a causa de un incendio al interior de un centro de detención, el presidente Andrés López Obrador viajó a Juárez para tener una reunión privada al respecto. Sin embargo, fue abordado por varios protestantes que pedían justicia en el caso. A continuación todos los detalles.
El presidente mexicano viajó el viernes a Ciudad Juárez para tener una reunión privada sobre migración, así como con las personas a cargo de la salud de las personas que permanecen hospitalizadas y garantizar que no les falte nada.
“Voy a estar atendiendo la parte médica, lo que me importa es la atención a los heridos, es fundamental que se le pueda salvar la vida”, mencionó durante su rueda de prensa diaria.
Entre los 39 migrantes fallecidos hay seis hondureños, siete salvadoreños 18 guatemaltecos, un colombiano y siete venezolanos.
Entre los 28 heridos hay ocho hondureños, cinco de El Salvador, 10 de Guatemala y cinco de Venezuela.
Las personas heridas se encuentran en clínicas del seguro, en un hospital público, en un hospital del ISSSTE (Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores).
“Están siendo atendidos, se está dando apoyo para que no les falte nada, pero de todas maneras voy hoy”, mencionó López Obrador.
El presidente mexicano aseveró que no habrá impunidad en el caso y que no ocultarán la verdad ni protegerán a nadie.
Por los momentos hay seis personas detenidas, entre ellas funcionarios, guardias y el supuesto responsable del incendio.
Tras su llegada, personas acorralaron el vehículo en el que se transportaba para pedir justicia en el caso de los migrantes fallecidos a causa de fatídico incendio.
Migrantes protestaron frente al auditorio donde el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, tuvo una reunión privada sobre los Bancos del Bienestar en la ciudad fronteriza.
Durante más de 10 minutos, la camioneta ha avanzado empujando metro a metro a los manifestantes hacia atrás.
Según dijo el mandatario, este es el segundo suceso más doloroso durante su gobierno, pues el primero fue la explosión de un ducto clandestino de gasolina en Hidalgo que dejó 137 muertos en 2019.
“Lo doloroso que ha sido este caso, o sea, para mucha gente, y lo confieso, me ha dolido mucho, me ha dañado, me partió el alma”, mencionó.
Las autoridades han informado que la investigación se mantiene abierta.
Por su parte, los familiares de las víctimas que permanecen hospitalizadas están a la espera de poder viajar a tierras aztecas.