TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El monto asignado al sistema educativo de Honduras dentro del Presupuesto General de la República para este año, unos 38,109.5 millones de lempiras, no es el más bajo en la región centroamericana pero tampoco es el más óptimo para garantizar una amplia cobertura educativa.
La cifra resulta mínima ante las necesidades que por años arrastra el sistema educativo donde no es extraño ver alumnos en clases a la intemperie, centros educativos protestando por falta de maestros y docentes sin recibir pago, entre otras carencias.
De acuerdo a Wilmer Vásquez, director ejecutivo de COIPRODEN, hablar de cobertura educativa no solo abarca cumplir el calendario escolar. “En los últimos años se han venido hablando de la importancia de llegar a por lo menos 200 días de clases, pero nunca hablamos de cuántos niños y niñas deberían estar recibiendo clases”.
Refiere que “el sistema educativo como tal tiene la cobertura para poder atender a toda la niñez, pero el problema es que más de un millón de niños de entre los 13 y 17 años han estado históricamente fuera del sistema, de acuerdo a datos de Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI)”.
Vásquez asegura que por la cantidad de menores que tiene Honduras en edad escolar, por lo menos deberíamos de tener más de dos millones en las aulas de clases. “La población en edad escolar anda entre dos millones 912 mil niños y niñas, sin embargo la matrícula en 2022 fue apenas de un millón setecientos mil menores”, apunta.
De su lado Dennis Cáceres, director de Educación de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ), Honduras es uno de los países con menos cobertura escolar en las Américas, situándose incluso cerca de Haití, porque del total de la población estudiantil solo el 60% está dentro del sistema y el 40% está fuera y el problema se centra en los jóvenes.
”7 de cada 10 jóvenes de 13 a 17 años están fuera del sistema”, lamenta el experto atribuyendo esta situación a que la mayoría de estos menores obligados por la pobreza se suman a la fuerza laboral, migran o caen en manos de la criminalidad.
Cáceres señala que “Honduras es uno de los países que lamentablemente no logra educar a su juventud, cuando el centro educativo debería ser su máxima inspiración para cada joven”.
La ASJ recomienda crear centros educativos más atractivos a los jóvenes, pues cuando el menor ya comienza a tomar sus propias decisiones ni los padres los pueden hacer quedarse en clases.
¿Qué país invierte más en educación por cada alumno?
Si comparamos la inversión de los gobiernos a nivel de Centroamérica nos da una idea de qué tanto está Honduras gestionando para la Educación. Los países del área comparten muchas similitudes en su realidad, pero también muchos de sus problemas son comunes en el área educativa, como el acceso equitativo, el bajo rendimiento académico, la repitencia, la deserción escolar y la calidad de infraestructura.
En el caso de El Salvador, el Proyecto de Presupuesto General de la Nación (PGN) del 2023, el cuarto presupuesto para el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (Mineducyt) de la gestión Nayib Bukele prevee invertir $29,666,793 más en Educación, 2% más respecto a 2022, revela ese ministerio en su página.
En total Educación recibió $1,501.9 millones dólares para atender a una población estudiantil de 1.2 millones de alumnos repartidos en las 5,100 escuelas y centros educativos a nivel nacional. En promedio en cada estudiante el gobierno salvadoreño está invirtiendo 1,251.5 dólares (unos 30,968 lempiras por alumno).
Guatemala de su lado cuenta con una matrícula de 2.8 millones de estudiantes del sector público en el ciclo escolar 2023, confirma el Ministerio de Educación (Mineduc). La cifra podría ser mayor de acuerdo a Edna Portales, viceministra técnica de Educación, pues ese dato fue reportado hasta el cierre de las primeras inscripciones, el 15 de diciembre de 2022.
En cuanto al presupuesto del sector educativo guatemalteco es superior a los 22,254.4 millones de Quetzales (Q22,254,422,300), por lo que se destinan unos 7,948 quetzales en promedio por cada estudiante (equivalentes a 24,984 lempiras).
Costa Rica se encuentra en el otro extremo, donde en años anteriores ha gozado de mejor presupuesto pero que en los últimos años lectivos ha decrecido, aún así se sitúa como el que más invierte en Educación. La Contraloría General de la República (CGR) de hecho denunció que el presupuesto asignado para el sector educación en 2023, es “el más bajo de los últimos 9 años”.
Los ¢2,781,003 millones presupuestados, equivalen al 6,0% respecto al Producto Interno Bruto (PIB); lo que demuestra un decrecimiento de 1,2% respecto al presupuesto inicial 2022. Mientras el curso lectivo presente comenzó con un 1,157,052 estudiantes distribuidos en cinco mil 235 centros escolares, con base al presupuesto asignado cada estudiante representa una inversión de 2,403,524 colones (traducidos a lempiras son 110,464.).
Finalmente, Nicaragua registra en sus estadísticas del Ministerio de Educación Nicaragüense (Mined) una matrícula de 1,753,132 estudiantes de los cuales 951,650 corresponde a la primaria. En cuanto a presupuesto para Educación se destina 15 mil 868 millones de córdobas. En resumen, el país vecino tiene uno de las asignaciones más baja a la Educación pues en promedio la inversión por alumno ronda los 9,051 córdobas (en Honduras viene siendo 6,087.71 lempiras).
Honduras invirtió unos 21,555 lempiras por alumno en el año 2022, de acuerdo a datos proporcionados a EL HERALDO Plus. Para 2023, el Presupuesto General de la República contempla para el sector educativo 38,109,509,221 lempiras con una matrícula que apuntaba a los dos millones de alumnos, sin embargo por varios factores la cifra no superaría por mucho la de 2022 que fue de 1,556,664.
Sin embargo, no se trata de la inversión que se realiza por alumno sino de la cobertura que se logre con ese presupuesto no solo a nivel primario -donde principalmente se enfocan los esfuerzos por la alfabetización- sino en que los jóvenes salgan con capacidades para enfrentar la vida adulta.
