FRANCISCO MORAZÁN, HONDURAS.- Las piedras que el derrumbe del cerro Calaire dejó en el kilómetro 48 de la carretera del sur continúan sin retirarse y, por ende, el paso para los vehículos está habilitado de manera parcial.
El deslave ocurrió el pasado 18 de enero y apenas una máquina pesada se encuentra parada en el transitado sector que comunica la capital de la República con municipios del sur de Francisco Morazán, Choluteca, Valle y El Paraíso, así como con Nicaragua y El Salvador.
La tardanza en terminar los trabajos de ese tramo carretero preocupa los conductores, ya que de los tres carriles casi la mitad está inhabilitado por las enormes rocas en el pavimento.
Ese tramo está ubicado en el corredor pacífico, específicamente en el tramo de 86 kilómetros que conecta Tegucigalpa y Jícaro Galán, el que fue reconstruido con un préstamo de 90 millones de dólares del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).