Bajo análisis otra muerte por síndrome Guillain-Barré

Tegucigalpa, Honduras
Su pasión eran los autos.

Carlos Flamenco apenas tenía 20 años, era alegre y lleno de energía.

Nadie entendía por qué de pronto sus fuerzas se esfumaron y su cuerpo se desvanecía. Él murió de Guillain-Barré en el Hospital Escuela Universitario (HEU) el pasado viernes.

Procedente de Siguatepeque, Flamenco contrajo el síndrome hace un mes luego de haber contraído zika, según sus familiares.

Su caso es la segunda muerte que se registra por esta extraña enfermedad en el país.

Su padre, don Roberto Flamenco, hoy llora la partida de su hijo.

“Nosotros lo ingresamos al Hospital Escuela hace un mes, él era un joven sano y trabajador, nunca padeció de enfermedades raras, de repente él se sintió débil, se le caían las cosas, un día trabajando se cayó y desde ahí él empeoró”, dice muy triste.

El muchacho pasó rápidamente de ser vigilado en la emergencia del centro a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), ya que su cuerpo no respondía.

“No podía moverse en lo absoluto, llegó a un punto en que él tenía que parpadear para poder comunicarse, fue terrible, sufrió mucho, hasta detener una hoja de papel era demasiado peso para sus manos”, afirma uno de sus familiares.

Ver cómo la vida se le iba poco a poco, torturaba de la manera más cruel el corazón de su familia.

“El cuerpo le dolía, todo su cuerpo, le tuvimos que comprar dos colchones de agua porque las camas eran muy duras para él, poco a poco se fue, nunca pensamos que algo como una enfermedad de un zancudo le iba a traer eso”, manifestó su familiar.

Un largo mes estuvo bajo observación y su salud en lugar de volver, se alejaba cada vez más. “Nos pedían un medicamento carísimo, 25 ampolletas que costaban 6,720 lempiras cada una, no podíamos, fue Trabajo Social quien nos ayudó”, expresó.

“Nosotros le decimos a la gente que tome conciencia, que se cuide, esto no se puede tomar a la ligera, estamos sufriendo”, expresó.