TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Cuando Mayber era una pequeña estudiante se caracterizaba por ser muy tímida, pero en su interior mantenía encerrada una profunda curiosidad por la vida, o al menos así lo era hasta que conoció las bibliotecas Blue Lupin, donde sus dudas y ganas de aprender florecieron enérgicamente.
Desde allí, Mayber decidió darle paso a nuevas experiencias, como formar parte del equipo de teatro y cuentacuentos de las bibliotecas Blue Lupin. Esa transición la motivó a seguir creciendo en su aprendizaje. Incluso, ahora que tiene 20 años se prepara para certificarse en liderazgo y desarrollo comunitario.
Las bibliotecas son un proyecto de Plan Internacional, una organización no gubernamental, que buscar empoderar a la niñez hondureña a través de la lectura y el aprendizaje. Las bibliotecas son diseñadas por los mismos niños y niñas, quienes dicen a esta organización cómo sería su biblioteca ideal.
“Éramos niños muy tímidos, con miedo, que solo sabíamos y creíamos en lo que nos contaban nuestros docentes, pero la biblioteca nos dio un espíritu diferente, queríamos saber y aprender más, cambiar nuestra vida, ser solidarios, denunciar lo malo y conservar lo bueno”, expresó Mayber durante la presentación de logros e impactos del proyecto de Bibliotecas Blue Lupin en Honduras.
Mayber no ha sido la única niña a la que estas bibliotecas le han abierto las puertas al mundo de la lectura, pues son 30,609 menores que todos los días acuden a estos espacios para leer y participar en los diferentes talleres de cine, dibujo, cuentacuentos y hasta mimos.
De estos más de 30 mil niños lectores que acuden a estas bibliotecas, el 52% son niñas, que al igual que Mayber disfrutan del mundo que les ofrece la literatura y el arte. Este es uno de los objetivos de las bibliotecas Blue Lupin: empoderar y transformar a la niñez de Honduras a través de la lectura y actividades artísticas.
Progreso a nivel nacional
Este proyecto dio inicio en 2014, pero diez años después, en 2024, contaba con 41 bibliotecas Blue Lupin construidas en tres departamentos del país.
Las primeras seis bibliotecas están ubicadas en Lempiras, departamento del que Mayber es originaria. Ella fue parte de la primera generación que se benefició de este proyecto.
Según lo expresado por Fiorella Mackliff, directora de Plan Internacional, 41 de las bibliotecas están entre Lempiras, Santa Bárbara e Intibucá. Se trata de 41 bibliotecas escolares, cinco bibliotecas pùblicas, una biblioteca mixta y cuatro minibluelupin.
El proyecto abarca 15 municipios y 52 comunidades del país, donde la niñez no solo refuerza el espíritu de lectura, sino también el arte.
“La idea es ir ampliando a otros territorios de manera progresiva” el proyecto, confió Mackliff, al hablar sobre las aspiraciones de Plan Internacional para fomentar la lectura en decenas de niños, sin embargo, lamentó que “los recursos son limitados, ya que este es un proyecto que tiene donantes”.
Solicitó a las instituciones del Estado y otras organizaciones a unirse a esta iniciativa, para beneficiar a más niñez a nivel nacional. Recordó que solo durante la pandemia por covid-19, cuando todas las familias se mantenían en confinamiento para evitar el contagio del virus, las bibliotecas recibieron más de 100 mil solicitudes de préstamos de libros, lo que evidencia que la iniciativa ha sobrepasado los resultados esperados.
Lexy Medina, directora de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), por su parte, expresó que “esta es una de las oportunidades más grandes que tenemos como país para abrir las puertas al conocimiento, las bibliotecas Blue Lupin nos están dejando una huella positiva”.
Medina habló sobre una alianza entre la UPNFM, la Secretaría de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de los Pueblos y Plan Internacional para “fortalecernos dentro de este marco de la cultura y la educación, especialmente para los profesores que van en proceso de formación y que van a irradiar a otros niños en las comunidades”.
Los niños eligen los diseños de las bibliotecas
Las bibliotecas Blue Lupin se caracterizan por ser diferentes a cualquier otra, en especial porque son los niños los que se encargan de diseñar las instalaciones, según lo que su imaginación les dicte.
Luego de que los niños dan sus respuestas sobre cómo sería su biblioteca ideal, comienza la construcción, es decir, que ninguna de las 41 bibliotecas que hay en el país tienen el mismo diseño.
La directora de Plan Internacional compartió algunas de las respuestas que los niños y niñas dieron: “queremos una biblioteca para jugar; una biblioteca donde no me regañen por tocar lo que hay ahí; que puedan venir mis hermanitos; que no tenga candados; que no tenga paredes para entrar cuando uno quiera; que los libros cuelguen de los pasillos y uno solo los agarre, como en la cosecha de mangos”.
Los pequeños también opinaron sobre qué tipo de libros querían dentro de cada biblioteca, siendo los “libros con historias de personas que eran pobres, pero lograron salir de la pobreza; libros que den como miedito leerlos cuando va oscureciendo; libros que den consejos, que ayuden a papá y a mamá” los que más piden.
Plan Internacional se basó en estas respuestas para construir las bibliotecas y formar su primer catálogo de libros para los niños que acudirían a ellas.
Pero estas bibliotecas no solo ofrecen un mundo lleno de literatura, ya que los encargados de cada una de ellas aplican diferentes tipos de talleres, por ejemplo, Meyber, fue partícipe de actividades como cuentacuentos y obras de teatro. También ofrecen concursos de dibujo y de lectura para los niños con edades más avanzadas.
Así como Mayber, hay muchos niños y niñas de diferentes comunidades de bajos recursos que están empezando su aprendizaje en estas bibliotecas, donde descubren un mundo con nuevos horizontes para expresar su imaginación y creatividad sin ningún impedimento.