“El nuevo formato de EL HERALDO me encanta. Muchos de los clientes están contentos por el tamaño, es más fácil de leerlo y cargarlo”, fueron las palabras de Elsa Álvarez, una canillita de 84 años.
Un gesto de asombro y una sonrisa se reflejó en el rostro de Álvarez al momento de hojear las páginas impresas con el nuevo formato.
La capitalina que vende desde su primera edición el diario, que mantiene su liderazgo en periodismo de investigación, informó entusiasmada que la aceptación de sus clientes hacia al nuevo formato es notoria.
“Mis fieles clientes han comentado de los cambios y les ha parecido algo novedoso. Los primeros diarios en venderse fueron a eso de las 6:00 de la mañana”, dijo la octogenaria que vende periódicos desde hace 49 años.
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Otro caso similar vivió el promotor Darío Rodríguez, quien asegura que gracias a este cambio de formato culminó sus ventas a tempranas horas ayer.
El entrevistado explicó a EL HERALDO que las ventas no son iguales a todos los días, pero dijo sentirse contento porque inició su semana con pie derecho.
Rodríguez indicó que todo cambio positivo genera opiniones diversas, “la gente poco a poco deberá de acostumbrarse, aun con la transformación las ventas se mantienen”, agregó el comerciante.
La comercialización del diario, que junto a La Prensa forma parte del Grupo OPSA, fue exitosa en todos los puntos de ventas que recorrió el equipo de EL HERALDO en diferentes zonas del país. La originalidad del nuevo formato inicia con el cambio de su forma en tabloide a una dimensión más compacta y cómoda para su audiencia.
Desde el llunes, OPSA dio un nuevo paso en la innovación al imprimir sus dos diarios legacy: EL HERALDO y La Prensa , en el Centro Nacional de Operaciones (CNO), ubicado en la ciudad de Siguatepeque.
Expertos en la materia destacan que la calidad de impresión y velocidad con la que funciona la moderna máquina de Grupo Opsa es de primer mundo.