TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un enemigo letal, disfrazado de inofensivo, ha demostrado que pese a su diminuto tamaño es una gran amenaza. En tan solo seis meses del 2024 el vector del dengue marcó su territorio, dejando grandes estragos.
Las estadísticas recientes, compartidas por la Secretaría de Salud (Sesal), evidencian la letalidad y la fertilidad con la que este mosquito transmite el dengue.
Honduras se encuentra al borde de alcanzar los 50,000 casos sospechosos de dengue, una cifra que invita con urgencia a las autoridades sanitarias y a la población a trabajar para hacer frente a la emergencia.
Hasta la semana epidemiológica 25, que culminó el 22 de junio, la Sesal confirmó un total de 49,987 casos sospechosos de dengue, de los que 49,272 corresponden a dengue sin signos de alarma y 2,715 son casos graves.
La situación sanitaria se agrava con cada semana; hasta el momento la semana 25 se ha robado el protagonismo, un total 8,187 casos se reportaron. Lo anterior posiciona a esa semana como la peor.
Un asesino silencioso
Lo más trágico de esta situación es el costo en vidas humanas. El mosquito transmisor del dengue ha cobrado la vida de más de 60 personas en lo que va del año.
Cabe destacar que, de 68 muertes reportadas, solo 26 fallecimientos han sido confirmados por el comité de mortalidad del dengue adscrito a la Secretaría de Salud.
Aunque parecen ser simples cifras, es una crisis que arrastra consigo el dolor y la melancolía de las familias que han perdido sus seres queridos.
Óscar Paredes, director general de Redes Integradas de la Secretaría de Salud, informó que se autorizó la contratación de 1,131 nuevas plazas para hacer frente a la crisis.